Documentos Pastorales

Mensaje de Pascua de Mons. Daniel, Obispo eparquial

Publicado el 30-03-2024

MENSAJE DE PASCUA

Mons. Daniel, Obispo eparquial

A todos los fieles de la Eparquía Santa Maria del Patrocinio

en Argentina.

 

Христос воскрес! ¡Cristo ha resucitado!

Amados en Cristo,

 

Celebramos la Pascua. Celebramos la resurrección del Señor. Celebramos la principal fiesta del año litúrgico: el fundamento de nuestra fe. “Si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes” (2 Corintios, 15, 14). Creo en la resurrección de los muertos, creo en la vida eterna: es lo que profesamos en nuestra vida, cuando rezamos el Creo, el símbolo de nuestra fe, el resumen de toda nuestra esencia de vida cristiana.

Creo: por esta fe es que estamos reunidos, que rezamos y cantamos: Cristo resucitó, con su muerte venció el poder de la muerte, donando a todos la vida de la gracia, de reconocer a nuestro Dios, de decirle el sí en nuestra vida, de caminar siguiendo sus enseñanzas.

Caminamos: somos peregrinos en este mundo. Queremos realizarnos como hijos de Dios, buscando de la mejor forma cumplir los objetivos de nuestra fe: vivir en la presencia de Dios, en paz consigo, con nuestros hermanos, amándonos los unos a los otros, como nos enseña la Palabra revelada y anunciada a todos.

Peregrinamos. En dos momentos de las lecturas de los Evangelios dominicales de los últimos domingos, nos encontramos con Cristo que camina a Jerusalén. En la primera lectura – el quinto domingo de la Cuaresma – encontramos a Cristo con los discípulos caminando a Jerusalén. Durante este tiempo, tal vez ya un poco cansados, Cristo anuncia a los apóstoles el motivo de su peregrinación: “Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará” (Marcos 10, 33-34). Los apóstoles no entendieron este mensaje en aquel momento. Solo van a comprender más tarde, cuando reciben la noticia de la resurrección del Señor. Otro momento, es la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el Domingo de Ramos. Son momentos importantes de nuestro caminar para la Pascua.

Estar cerca. Las actitudes de Jesús son importantes para todos. Antes de su salida para Jerusalén, pasaba por la casa de Lázaro, al cual lo había resucitado. Esta casa es muy importante para Jesús. Allí, se encontraba una familia amiga, que lo acogía. El Evangelio nos dice que, delante la tumba de Lázaro, Jesús lloró. ¿Por qué? Porque lo quería, nutría una verdadera amistad por él y su familia.

En casa de Lázaro. En esta casa, algunos momentos claves de las enseñanzas de Jesús. Cierta vez, Marta reclamaba de Jesús por causa de María, que, en vez se ayudarla, estaba a escuchar las enseñanzas del Maestro. Cuando Marta llamaba la atención de Jesús, la respuesta que sirve para nuestra vida: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada” (Lucas, 10, 41)

María elige la mejor parte: escuchar al Maestro. Una de las proposiciones de las enseñanzas de la Iglesia de los tiempos actuales: en el camino sinodal, saber caminar juntos, saber escuchar los unos a otros. Antes de anunciar, Jesús escuchaba las personas, en sus situaciones locales, el modo de ser, de vivir, de actuar de las personas. Quería conocerlas, sentirlas, vivenciarlas. Así, eligió los primeros apóstoles, escuchó a los enfermos, dialogó con todas las clases de personas de su época, realizó señales, revelando su imagen de Hijo de Dios, caminando en medio de la comunidad humana, para liberar a todos de la esclavitud del pecado, del mal, transmitiendo a todos el camino de la verdadera vida: amarse los unos a los otros como él nos amó, donándose hasta la muerte, y muerte de cruz por la vida de todos.

Escuchar la voz de Dios. Vivimos momentos importantes y difíciles en nuestra sociedad actual. La humanidad se olvida de Dios. ¿Cuántos somos los que participamos activamente de la vida cristiana? Dios está en otra dimensión… Queremos resolver todo con nuestras propias fuerzas. Es necesario caminar juntos. Vivimos situaciones de guerras, terribles en la nación ucraniana, momentos difíciles en la tierra donde vivió y realizó su misión el propio Hijo de Dios, momentos difíciles en nuestro país: ¿cual será nuestro futuro?

La esperanza a la cual el Señor nos llama. Este es el lema por el cual la Iglesia ucraniana nos llama a trabajar en estos tiempos difíciles. El Señor no nos abandona. Él camina con nosotros. Es necesario volverse a él. Por esto, necesitamos convertirnos a Dios, al prójimo y consigo mismo. Necesario es nuestro examen de conciencia: ¿cómo vivimos? Y muchas veces, concluimos que estamos solos, que somos autosuficientes, que sabemos todo… La Iglesia, siguiendo el caminar de Jesús, propone a nosotros un itinerario de vida cristiana, buscando ayudarse, compartiendo nuestra vida: a través de nuestra conversión personal, ayudar al prójimo a sanar sus heridas, escuchando y amando a los menos favorecidos, buscando comunicarse con los demás y no viviendo en un encierro, donde busco solo mi autosuficiencia.

Que esperanza buscamos: queremos tiempos de paz, de prosperidad, de vivir en armonía. Son los ideales para todos. Pero, para esto, es necesario buscar la mejor parte, como decía el maestro a Marta: María ha elegido la mejor parte. Escuchar para buscar el cambio de nuestras vidas. El camino para esta nueva esperanza comienza por cada uno de nosotros: volver a nuestros origines cristianos. No olvidarse de los valores cristianos. Amarse los unos a los otros y buscar alimentar esta nuestra hambre espiritual: ser cristiano es asumir nuestra caminada rumo a la Jerusalén celestial. Este camino nos invita a seguir a Jesús, como los apóstoles, como el pueblo que lo saludaba en el domingo de ramos, como amigos de Jesús en la casa de Lázaro. ¿Cuál es la casa donde encontrarse con Jesús? Su Iglesia, su morada en la Eucaristía, en su Palabra – el Evangelio, con los hermanos, en comunidad. ¿Frecuento mi Iglesia, soy buen cristiano, busco alimentarme de las cosas de Dios?

Buscamos tiempos de paz, de armonía para bien vivir. Vamos a encontrar todo junto con Dios, somos sus creaturas, somos sus hijos. Es necesario salir de nuestra comodidad diaria y buscar en Dios, en la comunidad de nuestras parroquias el modo de vivir nuestra fe, nuestra vida comunitaria, alimentándose de la Eucaristía, de la Palabra, de la oración comunitaria y personal, del encuentro con el prójimo. Así, salimos a la Jerusalén que el Señor nos propone: a través de nuestra cruz diaria, llegar a la realidad de la resurrección, de la nueva vida – escuchando a Dios, escuchando al prójimo, buscando la verdad, compartiendo y caminando juntos, con el ejemplo que Cristo nos presenta: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.

 

Христос воскрес - Воістину воскрес!

¡Cristo ha resucitado! – ¡En verdad, ha resucitado!

 

+ Mons. Daniel

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